Tranquilita, solo es una pastilla



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Hasta hace poco, pensaba que los abortos eran algo contemporáneo, hasta que leí que en la antigua Grecia (Atenas siglo V a.C.) ya se practicaban los mismos. Un aborto es un ABORTO, en cualquier tiempo y lugar, es un asesinato. Por medio de este delito, se está arrebatando a un ser aún no nacido la oportunidad que a nosotros se nos fue dada: vivir.
                                                                                                                                     
El índice de embarazos no deseados a nivel mundial ha aumentado considerablemente en los últimos años  y  nosotros, los ecuatorianos, ocupamos nada más ni nada menos, que el segundo lugar en Latinoamérica en esa escala. Tal vez la respuesta a esto no sea legalizar la pastilla del día después. ¿Qué clase de mensaje le estamos dando a mi generación, a nuestra juventud? Acaso es: Sigan divirtiéndose como conejitos, y luego si cometen un error, no hay problema. Tómatela y ya está, “problema resuelto”.

Es increíble que algo tan pequeño pueda ser tan poderoso. Una píldora, manejada como un juguete o un caramelo, porque eso es lo que están haciendo los gobiernos de muchos países: regalarlas como en matiné. Ese no es el ejemplo que yo quiero para mis hijos, ni para los hijos de mis amigos. 


Raúl Soria Delgado
 

La pastilla del día después: creando una generación irresponsable



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El ministerio de Salud Pública del Ecuador (MSP) ha estado divulgando una estrategia para la prevención de embarazos en adolescentes o ENIPLA. Este tiene como objetivo, bajar el índice de embarazos en los jóvenes. Sin embargo también está fomentando la irresponsabilidad al darle al menor una salida rápida de la situación.


Si bien la medidas que está tomando esta organización podrían llegar a disminuir el índice de embarazos en los adolescente, esta estrategia tendría que ser permanente porque no se está concientizando a los menores sobre la parte negativa de iniciar su actividad sexual a una temprana edad (como un embarazo no planificado en su adolescencia o una enfermedad venérea). El MSP señala que “El crecimiento (de embarazos adolescentes) en los últimos 10 años bordea el 74%.”. Con este dato nos podemos dar cuenta de que a lo largo de esos años las campañas para la prevención de estos casos han sido infructuosas. 

Por eso el MSP ha tomado cartas en el asunto mas no de la manera correcta. Podrá disminuir el porcentaje pero las acciones que lo causan seguirán ahí. Es decir que a medida que pase el tiempo los adolescentes buscarán la salida rápida ante el error y no asumirán responsabilidades.


A pesar de que la medida tomada por el ministerio es la más rápida no arrojará resultados reales. Los menores no tendrán conciencia sobre la irresponsabilidad de iniciar a edad temprana su actividad sexual. Por lo tanto no se va a generar un cambio, solo se tapa el verdadero problema: la falta de responsabilidad.




María Verónica Paszkiewicz