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Fue cuando comencé a entender que tenía que hablar de ello en pasado. Me seguía preguntando el porqué de mi situación. No lo amaba, estaba segura de eso. Pero comencé a ver una nueva rama en un árbol con miles de posibilidades.
Mi padre entró al cuarto y fingí dormir.
El tiempo en el que él lo arregló y salió lo pasé pensando en mi feliz pasado.
Seguí hablando con mi amiga Sofía.
En cierto sentido esto de pensar tanto me acercaba más hacia ese tiempo y a la vez lo iba alejando cada vez más rápido.
Pasado, me seguía repitiendo ¿Qué quiere de mí?
Volví a responderle a Sofía. En realidad no la entendía, ¿Por qué pensar tanto el porvenir? El pasado está lleno de baúles viejos y olvidados ¿Quién no tiene curiosidad ante ellos?
En ese momento supe qué rama era la correcta, era la más oculta entre todas.
Una casi invisible por su estrechez, la más difícil de seguir sin caer pero al final la adecuada. El olvido, otro baúl más.
María Verónica Paszkiewicz