El valor del silencio




Leer un buen libro nos transporta a un mundo mágico en el que el protagonista o los protagonistas nos comparten sus experiencias introduciéndonos en un mundo diferente al de nuestra realidad,  al conocer a esa persona y compartir sus creencias, miedos, ideas, experiencias, opiniones. 

Los jóvenes a nuestra  edad,  estamos dejando  de ser niños dependientes de los pensamientos de nuestros padres, para iniciar una nueva etapa en la que podemos actuar basados en nuestros propios criterios, los mismos que surgen de todo cuanto en nuestra niñez hemos acumulado como bueno o como malo.  Así como en un momento dejamos de ser bebes y decidimos que podíamos caminar sin estar tomados literalmente de  la mano de mamá, y cayendo y levantando logramos hacerlo, ahora sentimos que podemos tomar decisiones sin estar vinculados a los pensamientos de ella, lo malo es que ahora nuestras caídas son más fuertes que los golpes en las rodillas que nos dimos anteriormente. 

¿Por qué?
Bien, mi opinión es que: ahora no se trata solo de saber guiar nuestros pies con  el debido cuidado de no lastimar nuestro cuerpo, sino que se trata de guiar a nuestro cuerpo y el gran peso de nuestra alma hacia donde ninguno de los dos se lastime ni lastime a otros. Y es aquí donde entra el valor del silencio, sabiendo callar en momentos adecuados.  La responsabilidad es mayor entonces.

Mi madre en el camino de crecimiento en el que me guiaba, decía constantemente “nuestro maestro dice: No hace daño al hombre lo que entra por su boca si no lo que sale de ella”, frase que se grabó en mi mente. Somos responsables de todo cuanto hablamos y opinamos, no podemos ser dueños de un chat si antes no hemos aprendido a “hablar”.

En mi opinión, si queremos sentirnos libres para decidir,  empezar a caminar solos, debemos aprender a discernir,  a dar una opinión sin lastimar, debemos aprender a respetar,  a amar a los demás,  entender  que el mundo no espera saber de nosotros  qué vestimos, ni qué nos pueden comprar, ni cuantas travesuras podemos hacer. Pienso que esta es la etapa del VALIOSO SILENCIO para conocer el mundo,  entenderlo y aprender a guiar nuestras vidas, para que un día podamos guiar la de nuestras familias. Aprendamos a pensar y reflexionar en el silencio, a valorar  nuestras opiniones y la de los demás,  y a reconocer nuestros errores, eso es madurar.

Valerie Denisse Bustos Bueno - 8A