Respeto a la propiedad intelectual



A partir del 26 de abril del año 2001 se decidió acoger una nueva celebración, la cual por esta ocasión no tenía como objetivo homenajear al hombre, sino mas bien a su intelecto, capacidad y creatividad, y es así como nace el día mundial de la  propiedad intelectual. Año tras año el evento tiene mayor acogida, porque la manera en que se lo maneja incita a muchos creadores a promoverse en el ámbito del respeto hacia ellos y hacia sus trabajos; la OMPI u Organización Mundial de Propiedad Intelectual ha conseguido mantener el único propósito de esta celebración de una manera estable, pues a pesar de ya sus 11 años este sigue siendo el mismo. Sin lugar a duda, no hay mejor manera por la cual se decidió celebrar este día, y todo se debe gracias a la incógnita más grande y más antigua, ¿es acaso el ser humano creativo?

El ser humano es más que creativo, pues a lo largo de los años  ha podido superar dificultades y satisfacer sus necesidades como alimentarse, vestirse, protegerse de las inclemencias de la naturaleza, unas veces por accidente o casualidad y otras gracias a su ingenio y capacidad de hacer más allá de lo evidente, de lo cercano, de lo fácil.

Poseedor de una gran sensibilidad e inteligencia, al detectar problemas superó su conformismo y desarrolló ideas, que en muchas ocasiones se fueron en contra de las corrientes sociales establecidas, y así, imaginó soluciones, les dio forma y las materializó. Unas veces falló en el intento, cometió errores, pero no se desanimó y como consecuencia de esta perseverancia y tenacidad se evidenciaron descubrimientos tan importantes que en la actualidad constituyen las sólidas bases de nuestro desarrollo. Ejemplo de este proceso creativo tenemos el fuego, la rueda, el papel, la imprenta, el teléfono, y hasta el microscopio, que nos permite observar  células y organismos imperceptibles a simple vista, también se encuentran las computadoras que almacenan gran cantidad de información y han mejorado los sistemas de comunicación y no está de más mencionar a los grandes telescopios y naves espaciales que nos dieron la certeza que somos parte de un gran universo; el campo de la salud no es la excepción, en este destaco las vacunas por ser un medio de prevención de enfermedades que ha salvado millones de vidas, y como olvidar a las artes, en las que tenemos hermosas melodías, poesías, obras literarias y expresiones artísticas como el teatro y la danza que enriquecen y alimentan  nuestro espíritu.

Muchas de las mentes creadoras de estos y otros valiosos inventos, nos dejaron su legado anónimamente, otros perennizaron su nombre en documentos que especifican quien o quienes son los propietarios de estas innovadoras obras de beneficio para la sociedad.

El trabajo creativo, no se detiene nunca, cada día hay nuevos retos, comenzó con los primeros hombres sobre la tierra y continúa con las personas que están trabajando en los talleres, investigando en los laboratorios, y ¿por qué no? estudiando en un salón de clases.
Quienes se han destacado en su medio y en diferentes ámbitos, por ser creativos, generan progreso y desarrollo mejorando así la calidad de vida de la población con sus inventos.

Buscar nuevos horizontes y probabilidades no es nada de otro mundo, pues todos y absolutamente todos, hombres y mujeres tenemos el potencial intelectual y depende de cada uno de nosotros desarrollar estas capacidades, por lo cual es muy importante el medio en el  que nos desenvolvemos.  La familia es la primera formadora afectiva y efectiva del intelecto de sus hijos, siempre y cuando en ella impere la comunicación y la convivencia armoniosa, de igual forma los centros educativos constituyen un campo ideal para estimular esta creatividad y originalidad mediante el desarrollo de clases dinámicas y participativas.

La sociedad actual: Padres, maestros, comunidad en general está comprometida con las nuevas generaciones a dar testimonio de vida manifestando el respeto hacia el individuo y la justa valoración al trabajo honesto y a los frutos de esta noble actividad.

Por todos es conocido, que vivimos en una época en que impera el facilismo, el conformismo y la ley del menor esfuerzo, que ir al Internet, copiar más pegar constituyen los pasos de una “investigación”, carente de reflexión y análisis crítico.  De igual forma nos hemos convertido en consumidores de oportunidades al bajar música y juegos de video de la red, comprando discos piratas o sacando copias a textos; sin detenernos a pensar por un momento en el esfuerzo de las personas que realizaron dichas obras, ni en las mentes brillantes que se inspiraron para plasmar y materializar sus ideas, en la inversión de tiempo y dinero, ni en la repercusión del cierre de empresas que por ende han provocado el desempleo.

La solución para esta problemática es empezar por los cambios que necesita nuestra cultura, en primer lugar se debe convertir en una norma de vida el respeto por las leyes establecidas en nuestro país que prohíben hacer uso arbitrario de la propiedad intelectual mediante el pago justo al adquirir sus obras, y si es necesario utilizar dichas obras se debe pedir la autorización legal del autor o citar debidamente la sección utilizada.

Es indispensable que las autoridades de Gobierno, como el IEPI, incentiven y apoyen a los creadores, autores, compositores, investigadores e inventores de ideas, objetos o procedimientos que incidan en beneficio de la sociedad, financiando sus actividades o proporcionándoles becas para una mayor capacitación, de esta  manera se incentiva el trabajo creativo y sacrificado; se promueve el desarrollo de la industria al generar fuentes de trabajo, y muy importante también, los productos de estas obras estarán al alcance de la mayoría de la población que no disponen de recursos.

Lucy Freire